29 enero 2014

QUÉ INTERVIENE EN LA FELICIDAD?

Tener momentos felices, más que felicidad plena, como todo, requiere una serie de requisitos. En muchas ocasiones no se piensa que las soluciones son bastante sencillas. Por ejemplo

- Estimular las conexiones afectivas: Rodearse de amigos, familiares y personas con las que se encuentra agradablemente hablando, compartiendo intereses o proyectos es una de las mejores herramientas para implementar esos momentos felices que con el tiempo se ampliarán. 
- Sentirse útil. A parte del propio trabajo, quienes dedican una parcela de su tiempo a los demás: voluntariado, asociaciones, etc. está demostrado que la sensación de autoestima aumenta. Siempre se ha dicho que dar es más productivo para uno mismo que recibir, y es así. Se crea un yo más magnánimo porque le sensaciona necesario o al menos complementario con los demás.
- Diversificar nuestra satisfacción: Es bueno también contar con hobbies, parcelas que sabemos nos agradan y modulan nuestra personalidad, y si puede ser, que poco tengan que ver con nuestras responsabilidades cotidianas. Por ejemplo, escuchar música, o aprenderla, hacer deporte, etc. Esto permite que si una parcela de nuestra vida no se conduce lo correctamente que desearíamos, ésta otra la equilibre en satisfacción.
- Practicar el sentido del humor: Reir y sonreir tiene línea directa con unas hormonas cerebrales que nos facultan sentirnos bien. Dicen que el sentido del humor es el sentido más inteligente que tenemos, y puede que algo tenga de cierto esta máxima porque nos ayuda a ver otros lados del poliedro que forma nuestra existencia, relativizarla.
- Procurar no dañar la propia salud. La salud es el bien más importante que tenemos, y conservarlo es nuestra principal obligación. Sin salud se ve todo, al menos, un poquito peor. Procurar no tener hábitos poco saludables es fácil, aunque cueste con alguno, pero lo contrario siempre es peor e influye en la búsqueda de esos momentos felices de los que hablamos.

19 enero 2014

OPINIONES CEREBRALES

Puede leerse en diferentes revistas prestigiosas como Lancet o Neurology, bastantes opiniones en los últimos tiempos acerca de cómo se prevee que afectará al mundo de las demencias el futuro: ¿nos demenciaremos antes?, ¿será un tipo de demencia la que prevalecerá?, ¿existirá ya una vacuna que nos inmunice desde la infancia de nuestros nietos...?.
La verdad es que cada opinador ejerce como tal, con esttadísticas que le lleven el ascua a su sardina o sin incluso informaciones certeras acerca de esa neurodegeneración que hace dependientes a casi sietecientos mil seres humanos en nuestro país, con sus consecuencias tras ellos. 
Aquellos que ya peinamos canas y que todavía nos queda la ilusión, el deseo, de estar al día de estas enfermedades tan dolientes y con las que estamos trabajando y nuestra responsabilidad nos obliga, somos muy suspicaces. Tanto para los de un lado como para el otro. Sí, en cambio, sentimos que la medicina preventiva que se ha hecho y se sigue haciendo en torno a fomentar hábitos saludables, ha de dar sus resultados positivos, y que acomodar y acostumbrar a nuestro organismo a efectuar bien las cosas han de tener al final una justa recompensa. Animar a tener una mente ocupada desde siempre, a hedonizarnos en lectura, deporte, tertulias, etc. en donde todo pasa por nuestro cerebro, es positivo y preventivo. NO se olvide.