Un reciente estudio de la OMS afirma que: «No hay ninguna evidencia
científica de que tenga que haber
límites». La
única regla que lleva cumpliéndose inexorablemente
desde principios del siglo
XX es que «cada 40 años, aumentamos casi
en 10 la esperanza de vida».
No en
vano recuerda que en 1920 se afirmaba
que era imposible superar la media
de 65 años. «Se descubrió la penicilina y
ahora esa media son 80», aunque no todos mejoran
El
estudio publicado por
la OMS, el Imperial College London,
la universidad inglesa
de Northumbria y la
Universidad de Washington
coloca a Corea del
Sur a la cabeza de los países con
mayor esperanza de vida en
2030, con 90,8 años de media para las
mujeres y 84,1 para los hombres.
En
esa lista, en el caso de las mujeres, le
siguen Francia (88,6 años) y Japón(88,4
años); y Australia y Suiza (84 años) en
cuanto a hombres. En general, la esperanza
de vida crecerá en todos los países,
aunque no por igual. EE.UU.
avanzará poco.
Las
claves para que unos mejoren más
que otros son variadas. El investigador del
Instituto de Economía, Geografía y
Demografía del CSIC Antonio Abellán
explicaba hace unos días en un periódico de tirada nacional que «los tres ejes que mueven
la esperanza de vida son la asistencia
sanitaria, el factor educativo y la
tecnología». De hecho, en el propio informe
se señalan la desigualdad social,
la ausencia de un sistema de salud
público universal, el alto índice de
homicidios y el elevado índice de población
con sobrepeso como las principales causas
por las que la población de
una superpotencia como es EE.UU.parece
haber tocado techo. «Un
país con un sistema sanitario universal
que incide en la prevención y
diagnóstico de enfermedades como el
cáncer o cardiovasculares mejora
sus
expectativas. Lo mismo ocurre con un
sistema educativo potente. Está demostrado
que
las personas con mejor educación
viven más, porque tienen mayores
probabilidades de encontrar mejores
empleos y más conocimientos para
afrontar las adversidades de
la
vida», subraya Abellán.Sobre
el tercer pilar, la tecnología, el
investigador del CSIC señala que «esta
puede brindar un envejecimiento saludable»
y cita: «Alguien mayor que
no pueda caminar y apenas salga de su
casa, es difícil que viva más dedos
años. Sin embargo, si a esa misma persona le facilitas
que salga y tenga una mayor
autonomía, con una silla de ruedas
motorizada, por ejemplo, su esperanza de vida
cambia, porque se le abre otra
perspectiva vital».
Las
pensiones precarias, si vamos a vivir
más años y cada vez nacen menos
niños, tendremos una población más
envejecida ejerciendo una gran presión
sobre las pensiones.Y efectivamente,
el estudio advierte de que esto
deberá tenerse en cuenta a la hora de
diseñar las políticas sociales y sanitarias. Para Abellán, sin
embargo, el problema«no es de
demografía». Y explica que «ahora mismo
tenemos la mayor masa laboral de
la historia, tanta que cuatro
millones de personas no pueden trabajar
porque el mercado no les absorbe. Pero
eso es un problema de actividad
económica, no demográfico». Si trabajasen
todos, no habría problemas hasta
2035, dice Abellán. «Y si conseguimos
que además tengan una buena
formación y buenos salarios, el problema aún
se retrasaría más.Incluso si con
todo no se alcanza para las pensiones
podemos hacer que los jóvenes se
incorporen antes al mercado laboral para que
contribuyan antes al sistema. Eso
sí, facilitándoles que puedan seguir
formándose mientras trabajan para
evitar lo que ocurrió durante el boom
inmobiliario, cuando muchos
abandonaron los estudios por un trabajo fácil
y después tuvieron que afrontar la crisis sin cualificación».
Evidentemente, las explicaciones del experto no parecen descabelladas, más aún cuando existe un excelente caldo de cultivo, el ciudadano que trabaja, que se ha retraído en sus necesidades hasta dejar solamente las imprescindibles mientras ha visto cómo se robaba a manos llenas por algunas (no todas, seamos responsables) personas en las que había creído que le iba a poder gobernarle en cualquier posición, la directa o desde la oposición, ¿o es necesario recordar el caso de las tarjetas black de las que ayer se evidenciaron las penas (todavía no fijas.........).
Aún así, debemos ser optimistas aunque siempre atentos a que no se humille al ciudadano para que cuando llegue a mayor no sufra por las carencias de cuidados y tratamientos que debería tener por su mensual esfuerzo en su nómina para esa tan deseada pensión y atención médica y sociosanitaria de las que en la actualidad, si no fuera por el excelente esfuerzo de la mayoría de los profesionales de la salud no existirían.
Evidentemente, las explicaciones del experto no parecen descabelladas, más aún cuando existe un excelente caldo de cultivo, el ciudadano que trabaja, que se ha retraído en sus necesidades hasta dejar solamente las imprescindibles mientras ha visto cómo se robaba a manos llenas por algunas (no todas, seamos responsables) personas en las que había creído que le iba a poder gobernarle en cualquier posición, la directa o desde la oposición, ¿o es necesario recordar el caso de las tarjetas black de las que ayer se evidenciaron las penas (todavía no fijas.........).
Aún así, debemos ser optimistas aunque siempre atentos a que no se humille al ciudadano para que cuando llegue a mayor no sufra por las carencias de cuidados y tratamientos que debería tener por su mensual esfuerzo en su nómina para esa tan deseada pensión y atención médica y sociosanitaria de las que en la actualidad, si no fuera por el excelente esfuerzo de la mayoría de los profesionales de la salud no existirían.