24 febrero 2017

HOY-MAÑANA





 

Un reciente estudio de la OMS afirma que: «No hay ninguna evidencia científica de que tenga que haber límites». La única regla que lleva cumpliéndose inexorablemente desde principios del siglo XX es que «cada 40 años, aumentamos casi en 10 la esperanza de vida».
 No en vano recuerda que en 1920 se afirmaba que era imposible superar la media de 65 años. «Se descubrió la penicilina y ahora esa media son 80», aunque no todos mejoran
El estudio publicado por la OMS, el Imperial College London, la universidad inglesa de Northumbria y la Universidad de Washington coloca a Corea del Sur a la cabeza de los países con mayor esperanza de vida en 2030, con 90,8 años de media para las mujeres y 84,1 para los hombres.
En esa lista, en el caso de las mujeres, le siguen Francia (88,6 años) y Japón(88,4 años); y Australia y Suiza (84 años) en cuanto a hombres. En general, la esperanza de vida crecerá en todos los países, aunque no por igual. EE.UU. avanzará poco.
Las claves para que unos mejoren más que otros son variadas. El investigador del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del CSIC Antonio Abellán explicaba hace unos días en un periódico de tirada nacional  que «los tres ejes que mueven la esperanza de vida son la asistencia sanitaria, el factor educativo y la tecnología». De hecho, en el propio informe se señalan la desigualdad social, la ausencia de un sistema de salud público universal, el alto índice de homicidios y el elevado índice de población con sobrepeso como las principales causas por las que la población de una superpotencia como es EE.UU.parece haber tocado techo. «Un país con un sistema sanitario universal que incide en la prevención y diagnóstico de enfermedades como el cáncer o cardiovasculares mejora
sus expectativas. Lo mismo ocurre con un sistema educativo potente. Está demostrado
que las personas con mejor educación viven más, porque tienen mayores probabilidades de encontrar mejores empleos y más conocimientos para afrontar las adversidades de
la vida», subraya Abellán.Sobre el tercer pilar, la tecnología, el investigador del CSIC señala que «esta puede brindar un envejecimiento saludable» y cita: «Alguien mayor que no pueda caminar y apenas salga de su casa, es difícil que viva más dedos años. Sin embargo, si a esa misma persona le facilitas que salga y tenga una mayor autonomía, con una silla de ruedas motorizada, por ejemplo, su esperanza de vida cambia, porque se le abre otra perspectiva vital».
Las pensiones precarias, si vamos a vivir más años y cada vez nacen menos niños, tendremos una población más envejecida ejerciendo una gran presión sobre las pensiones.Y efectivamente, el estudio advierte de que esto deberá tenerse en cuenta a la hora de diseñar las políticas sociales y sanitarias. Para Abellán, sin embargo, el problema«no es de demografía». Y explica que «ahora mismo tenemos la mayor masa laboral de la historia, tanta que cuatro millones de personas no pueden trabajar porque el mercado no les absorbe. Pero eso es un problema de actividad económica, no demográfico». Si trabajasen todos, no habría problemas hasta 2035, dice Abellán. «Y si conseguimos que además tengan una buena formación y buenos salarios, el problema aún se retrasaría más.Incluso si con todo no se alcanza para las pensiones podemos hacer que los jóvenes se incorporen antes al mercado laboral para que contribuyan antes  al sistema. Eso sí, facilitándoles que puedan seguir formándose mientras trabajan para evitar lo que ocurrió durante el boom inmobiliario, cuando muchos abandonaron los estudios por un trabajo fácil y después tuvieron que afrontar la crisis sin cualificación».
Evidentemente, las explicaciones del experto no parecen descabelladas, más aún cuando existe un excelente caldo de cultivo, el ciudadano que  trabaja, que se ha retraído en sus necesidades hasta dejar solamente las imprescindibles mientras ha visto cómo se robaba a manos llenas por algunas (no todas, seamos responsables) personas en las que había creído que le iba a poder gobernarle en cualquier posición, la  directa o desde la oposición, ¿o es necesario recordar el caso de las tarjetas black de las que ayer se evidenciaron las penas (todavía no fijas.........).
Aún así, debemos ser optimistas aunque siempre atentos a que no se humille al ciudadano para que cuando llegue a mayor no sufra por las carencias de cuidados y tratamientos que debería tener por su mensual esfuerzo en su nómina para esa tan deseada pensión y atención médica y sociosanitaria de las que en la actualidad, si no fuera por el excelente esfuerzo de la mayoría de los profesionales de la salud no existirían. 
 
 
 

 

23 febrero 2017

ACERCA DE LA COMUNICACIÓN

Copyright de la fotoperiodista Ana Palacios
 

COMUNICACIÓN Y CRÍTICA

De cara a la galería, la clave es precisamente esta: no permitir que nuestro control emocional ceda ante críticas o juicios y contraataquemos con violencia verbal también o con odio hacia una persona. Para controlar la situación, los psicólogos recomiendan saber detectar si el comentario negativo es realmente una “crítica” o un “juicio”.
Las críticas no suelen ser buenas y dañan nuestro ego en cuanto reflexionemos tan solo unos segundos, por lo que la mejor reacción es ignorarlas, no tomarlas en cuenta. Sin embargo, el juicio sí puede ser constructivo y puede aportar a nuestro crecimiento personal o profesional. En este caso, la recomendación pasa por analizar si los fundamentos que la persona presenta para acompañar sus palabras son reales, por revisarnos a nosotros mismos y por analiza los aspectos en los que se puede mejorar.
En un entorno más privado sí que se puede dejar salir todo lo que se piensa al respecto, dejarlo fluir con naturalidad, contrastarlo con alguien que esté dispuesto a escuchar tu versión y escuchar los consejos que ayuden a analizar objetivamente la situación. Los psicólogos rechazan el hecho de retener malas emociones en nuestro interior debido a alguna crítica. Desahogarse sirve para tener más claridad sobre lo que pasó y para conocer la forma de mejorar.
Decía Franz Kafka que “Una de las formas de seducción del mal más efectivas es la incitación a la lucha”.

19 febrero 2017

RAZONAMIENTOS PARA LLEVAR UNA VIDA MEDIANAMENTE SENSATA





Por todos es conocido que los incentivos, los acicates nos sirven para conseguir nuestras metas. Cuando Chuck Noland (interpretado por Tom Hanks), desesperado, trata de sobrevivir sobre la balsa que se ha construido, en medio del océano, tras cuatro años sobreviviendo en una isla desierta, es su última oportunidad. Lo acompañan dos objetos, un balón al que llama Wilson (por su marca) y que es con el que habla y amortigua su soledad, y un sobre de FedEx. Sin embargo, la pelota cae al agua y la pierde. Llora desconsolado. Ha perdido a su mejor compañero. El segundo objeto, el sobre que llevaba en el avión cuando tuvo el accidente y cayó, se propone entregarlo. Es su obligación.
Esta secuencia, magníficamente efectuada por el actor y su director, Robert Zameckis, nos muestra dos recursos de un ser humano para motivarse a sí mismo en una situación límite. El verdadero empuje es vivir, salvarse, pero aún así resulta paradójicamente insuficiente porque le falta el ánimo y la actitud. El protagonista precisa a alguien externo que le insufle esa tenacidad necesaria para conseguir su objetivo. Necesita a Wilson. En realidad es lo menos importante, pero ambos objetivos le insuflan esa fuerza suplementaria ante su ansia de vivir.
En nuestra vida diaria es lo mismo. Necesitamos de ejemplos que nos empujen a persistir en nuestros objetivos, sabernos útiles, serlo, y aconsejar a otros acerca de cómo ha de comportarse el humano. ¿Puede llamarse...justicia?. Posiblemente. Esa forma de ser útiles a una sociedad que no nos confunde ante comportamientos que nunca son honoríficos. Ayer, en la TV se hablaba de cómo nuestro país es el único de la CE que no se ha comportado como debiera con juicios como el de la tan temida talidomida... De aquellos niños ya solo quedan apenas ochenta adultos...Hoy, también en la TV se hablaba de cómo malviven y malmueren aquellas personas a las que les dijeron que podrían ser atendidas cuando fueran mayores (eso que llaman dependencia...). Y mientras tanto vemos vacuos desfiles  de personas con amplias responsabilidades en un pasado reciente que no han cumplido con ser ese Wilson por el que lloraba Tom Hanks.
También se ha hablado de sentencias de juicios. ¿Han pensado en comparar qué se podría haber hecho sanitariamente con los dineros que otros han hecho desaparecer...?.