02 abril 2008

La sociedad, a veces, castiga con dureza a quienes la integran. Sería magnífico que pudiéramos vivir sin muerte, sin enfermedad, pero es imposible...
Estos días el país está irritado por falta de responsabilidades ante situaciones, lamentablemente ya, irreversibles... Y se pregunta si son necesarias muertes por situaciones que podrían (¿deberían...?) ser controladas si los que deciden ese control tomaran decisiones de hacerlo. Las leyes en los países democráticos se hacen (y las plantean, discuten y elaboran los responsables del pueblo elegidos por las urnas) para ser respetadas, y las consecuencias, (a veces irremediables como es este caso), de quienes no las respetan conducen a que el ciudadano que las cumple se vea desamparado, receloso e incrédulo ante las promesas de quien les dirige. Y éso no es bueno, ni para unos ni para otros.
En el mundo de la salud, la confianza es el indispensable primer paso en una correcta relación médico-paciente. de nada servirán tratamientos extraordinarios, exquisitos, ex----- si esta relación se rompe. ¿Qué tal si se ponen de una vez por todas a corregir estos desórdenes... ?

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