24 noviembre 2009



LISTAS DE ESPERA.

Leo en Diario Médico que en dos años no han disminuído las listas de espera en España. Es complicado que desciendan...

La salud es lo más importante que tiene el ser humano. Cualquier otra opción a la que pueda acceder o poseer pasa a segundo plano si la salud desaparece. En años de nuestros padres, la proyección vital no se asumía porque cuidáramos nuestra salud. Por otro lado, la opción de que se poseyeran los conocimientos que hoy se tienen relacionados con lo que es enfermedad o no, no existían. Hoy, los medios de comunicación, aunque sea de una forma dispersa en muchas ocasiones y con tintes alarmistas muchos más, hablan y refieren cultura sanitaria. Incluso, ahora, en tiempos de vacas flacas, se incide más hacia lo que más vale... Y se reclama y se exige. Incluso algunas veces, absurdamente, sin dar cobijo a la razón, pero incluso en este aspecto puede que no se esté actuando de la forma más comedida...

Mi impresión es que no se hace educación sanitaria como se debiera. Si algo queremos, algo nos ha de costar... Y no me refiero al aspecto económico... que nuestra sanidad pública la pagamos con nuestros impuestos, y nuestras nóminas se resienten por ello sin que nadie digamos nada en absoluto. Lo entendemos sensato que facilitemos la mejor sanidad a quien más lo precisa en el momento oportuno. Y ojalá nunca la necesitemos nosotros... éso significará que no hemos enfermado. Sin embargo, hemos de evitar enfermar y éso depende de todos y cada uno de nosotros. La prevención siempre ha sido el mejor tratamiento. Allí es donde se ha de incidir: hipertensión arterial, obesidad, diabetes, hipercolesterolemia, accidentes de tráfico, tabaquismo...

En cuanto a las listas de espera... debe hallarse una solución. Que salga un consejero (porque la salud está transferida a todas las comunidades) a intentar dar credibilidad del por qué no se opera más o por qué no se hacen las pruebas exploratorias que debieran haberse hecho hace meses... resta más, todavía, credibilidad a la clase política. Han de hacer algo porque por ello la voluntad popular les puso en su sillón y les proporciona las herramientas que quieren en cada momento. Los demás no podemos darles la varita mágica porque no poseemos la información que tienen ellos. Lo que, sin embargo, no es de recibo es que esas listas de espera deban ser sacrificadas en pos de trasladarse a otras estancias privadas porque son muchos meses de deseos insatisfechos y merma de su salud. La solución, en nuestro país, no debería ser que quien tenga dinero se vaya al sistema privado si desde el principio optó por el público.

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