Es como un mantra que azota nuestra sociedad. Dietas que insultan a la inteligencia proliferan con una frecuencia a la que parece ya nos hemos acostumbrado. Raro es el mes en que no aparecen en los medios de comunicación un método, cada vez más extraño, prometiendo tornarse en una sílfide para gustar y gustarse más. Y siempre, por supuesto, sin el oprobio de que exista adherido a ella de una sustancial ganancia económica para quien la ha puesto en el "mercado". ¿No es de extrañar?.
La última "técnica" es la que pude ver ayer en un telediario de máxima audiencia en una de nuestras televisiones nacionales. Una mochila de la que sale una sonda nasogástrica que nutre al sujeto para evitar desajustes biológicos y que, sin caer en el extraño aspecto que supone ver a alguien de esta guisa por la calle, se colocan los "inventores" de tal remedio, médicos de una prestigiosa clínica española (muy reconocida sin embargo por sus tratamientos de cirugía estética a personajes famosos) en los jardines del establecimiento sanitario y situados como si de un equipo de fútbol se tratara... A tal reportaje se le adjunta la experiencia de un sujeto que ha perdido un montón de kilos usando tal procedimiento, al que evidentemente, comenta, hay que añadir evitar los productos que engordan falsamente y hacer ejercicio físico...
¿No es suficiente lo que recomendamos los médicos como consejos sanos para evitar la obesidad, me pregunto, que hay que añadir estas artimañas que inducen a la risa ... o al llanto... Comer, saber comer, llevar una vida ordenada física y psíquicamente, debe ser tan sencillo de explicar y de comprender para evitar tener que acudir a una televisión nacional para "vender" un método tan expeditivo.
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