08 febrero 2014

SOLUCIONAR PROBLEMAS

¿Por qué hay personas con resiliencia y otras no...?
Me lo pregunto en muchas ocasiones cuando veo sufrimiento. Y me respondo:


- Reconocer que la vida contiene partes injustas. El victimismo nunca conduce a nada, aceptémoslo. Aquella frase del mayo del 68: seamos realistas, pidamos lo imposible, es hermosa, sí, pero poco pragmática, seamos sinceros.
- Conocerse. Sin saber qué capacidades tenemos, qué recursos, qué facultades conforman nuestra personalidad, es como el consejo del gato a Alicia en el país de las maravillas... Saber cómo somos realmente, nos aumentará la autoestima porque sabremos en qué podemos destacar, a quién ayudar y cómo poder hacerlo. Y sobre todo, en qué nunca deberemos embarcarnos. ¿Han visto a algún pívot de la NBA que mida 1,55 m y que consiguiera el mítico anillo de la Asociación de Baloncesto Americana...?.
Kobasa y Maddi, en los setenta definieron la personalidad resistente. Una de sus virtudes era la propia responsabilidad de cada cual, la elección responsable. 
Tras un fracaso es bueno analizarse, descubrir en qué se ha fallado para mejorar la próxima vez que se intente.
- Cualquier opción es rarísimo que salga bien a la primera... Éso lo saben bien los que han preparado oposiciones. Conocen que aquella plaza por la que optan tiene muchos adeptos, y que la preparación, el momento, la salud, el ambiente, etc. son variables que no siempre pueden controlarse al unísono. ¿Se ha pensado cuántas veces ensaya una orquesta para obtener el resultado extraordinario que desea el director...?, ¿y cuántos han sido sustituídos por aquél cuando el ensayo estaba prácticamente finiquitado...?
- Los resilientes aceptan el problema como búsqueda de un misterio al que hay que hallar salida. Es bueno imaginar que se es otra persona que busca esa solución, que crea otra solución a la que otros ven...
- Compromiso. El resiliente se compromete. Da su palabra, para él y para los demás. Si no se valora lo suficiente para decidirse a algo es mejor pecar de prudente que de fanfarrón.
- No busque la felicidad desaforadamente. En la mayoría de las veces, la felicidad ya la tiene, pero lo desconoce, no se ha apercibido de ello... o nadie se lo ha dicho. La felicidad es distinta de unos a otros porque todos somos diferentes, porque nuestros objetivos nunca son iguales a los de los demás.
- Nunca hay un solo tren en la vida. Otro de esos mitos existentes y falsos es el de que solamente pasa un tren por nuestra vida y que si no se toma todo se habrá ido al garete... Falso. Hay muchos trenes, unos son de colores, otros de formas extravagantes, otros clásicos... tan solo hay que estar en la estación, ésos sí.
- Ver la vida en positivo. Siempre tenemos algo que no sabemos que tenemos. ¿Se acuerdan de aquel fragmento de La vida es sueño del gran Calderón de la Barca...?. Déjenme que se lo reproduzca: 

Cuentan de un sabio que un día 
tan pobre y mísero estaba,
que sólo se sustentaba
de unas hierbas que cogía.
¿Habrá otro, entre sí decía,
más pobre y triste que yo?;
y cuando el rostro volvió
halló la respuesta, viendo
que otro sabio iba cogiendo

las hierbas que él arrojó. 

Pues éso...
- No se huya del problema, afróntese. ¿Qué de positivo hay metiendo la cabeza debajo del ala...?. Claro... nada. Debe pensarse que por muy embarazoso que sea un problema, más crecerá en nuestra mente si no lo afrontamos, si no discutimos con nosotros mismos o con los que nos quieren ayudar a cómo poder solucionarlo, en partes, en micropartes, en micromicropartes...