21 enero 2011

2011: AÑO ALZHEIMER.
Aunque no soy excesivamente amigo de las etiquetas de fechas señaladas en temas sanitarios, por muchas causas, reconozco que poseen el valor de estimular el recuerdo hacia temas que, posiblemente si no fuera en estos términos, pasarían más desapercibidos. Y este es el caso de la patología Alzheimer, que parece no existir cuando no se habla de ella, de su no curación por más que se desee farmacológicamente, de las alteraciones familiares que ocasiona por el precario apoyo que se les deposita por parte de los servicios públicos, todos, entre otras causas, y por en ocasiones la escasa credibilidad que trasladan algunos pseudoprofesionales de ella y que se exceden en publicitarse en los medios de comunicación.
Y no se crea con esta crítica que no valoro cuánto se ha ganado desde hace veinte años en los que comenzamos algunos profesionales sanitarios que trabajamos con esta patología a avisar de esta cruel enfermedad que condena al paciente al olvido y esclaviza a quien le cuida a una vida de sacrificio perpetuo. Son muy valorables las asociaciones de familiares, los pocos centros de día psicogeriátricos existentes o las residencias geriátricas que se han tomado la molestia en aprender a cuidar a este tipo de pacientes tan especiales. No, no es éso. Es que creo que se ha de seguir haciendo y más, ayudando a quien investiga (en Zaragoza el Profesor Manuel Sarasa), a quien cuida ( a los familiares), a quienes desean seguir formándose en esta patología para comprender más y mejor a quien se dedican laboralmente, a la ciudadanía para saber que, según son las estadísticas y cómo vemos la situación, en cada familia tendremos algún tipo de patología demencial, sea Alzheimer u otra, en los próximos años. Y que la escasez de recursos viene del mal uso que se hace de ellos, solamente de éso. Y ejemplos hay " a patadas"... Y es intolerable.

18 enero 2011

SITUACIONES DEPRESIVAS POR EL PARO LABORAL.

Por mucho que quiera negarse, la situación laboral en España está haciendo mella en las mentes de quienes más la sufren, aquellos que se quedan en paro. Se nos pregunta en muchas ocasiones a los médicos qué puede hacerse para mitigar la negatividad que produce en el ser humano que se le niegue la posibilidad que hasta ese momento se tenía para demostrar su valía profesional y poder seguir llevando aquella vida ordinaria o ¿por qué no?, extraordinaria.
Consejos hay muchos, pero sin voluntad no hay ninguno que se pueda hacer real. La voluntad es quien nos mueve, la que nos posibilita ver otras realidades no vistas hasta ese momento, y por supuesto, la rebeldía para salir del agujero al que uno mismo se ve abocado.
Lo primordial en esos momentos es evitar creerse que se es un inútil, que se le ha echado de su trabajo por no valer para él. Debe entenderse que la situación es la que es y que hay muchas, demasiadas, personas en situación de paro forzoso y que la coyuntura, la que es, es la causante de este paro, no la persona. Cada día debe ser un día para luchar. No deben quedarse en su domicilio como dolientes sino que hay que salir como si se fuera al trabajo diario, aunque solo sea a pasear para luego volver a estudiar, hacer llamadas o escribir CVs , y por supuesto, ¿por qué no?, pensar en la posibilidad de cambiar de vida laboral. No pasa nada, en absoluto, por cambiar de trabajo. Lo importante es dignificarse a uno mismo, y por el momento, el salario y la posibilidad de ser autónomo en su vida, depende de un ingreso económico.