27 diciembre 2014

HACERSE ENTENDER


Este libro está escrito por dos médicos que explican de modo sencillo (como ha de hacerse a quien no es del mundo sanitario), esas preguntas que suelen hacerse en la consulta y que tanto cuesta a algunos responderlas de forma que se entienda lo que uno sabe o le preguntan...
Posiblemente, el inconveniente más frecuente entre el mundo sanitario y quien no pertenece a tal mundo (pasa igual en el mundo del Derecho) es la traducción, el hacerse entender.  Este libro, editado en su momento por Cauce Editorial, es uno de los mejores que se pueden leer primero por nosotros, y luego recomendar a quien desee saber un poco de las dolencias de las que hablamos los médicos.

08 diciembre 2014

PERFECCIONISMO

El perfeccionismo es uno de los males del ser humano que puede pasar inadvertido o incluso reverenciado por un tipo de sociedad, a pesar de que provoque sufrimiento al que "lo padece". Ser entrevistado para un puesto de trabajo y ser perfeccionista suele ser destacado por el entrevistador como poseedor de un tipo de personalidad a destacar. Incluso el entrevistado lo exagera  para desviar sus posibles carencias y, sobre todo, para impresionar a su interlocutor. No en vano, poseer esta "característica" imprime un sello de calidad, un valor añadido a quien busca rentabilidad para su negocio o empresa. 
Pero leamos lo que el Diccionario de la RAE dice de perfeccionismo: "Tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado".

Hasta aquí, podría valorarse positivamente ser perfeccionista, pero demos una vuelta de tuerca más al tema: ¿qué hay tras la búsqueda constante de la perfección...?. ¿Por qué genera insatisfacción continua el trabajo efectuado...?. El perfeccionista nunca se siente bien con lo que ha hecho o producido. Siempre está disgustado con sus acciones, inconscientemente, sin saberlo. Es por ello que ha creado un ideal, como todos subjetivo, que determine cómo ser, hacer, producir lo que construye... incluso a él mismo. Y su autoexigencia es progresivamente mayor. Su interior nunca se siente reposado, equilibrado, satisfecho, nunca ve la realidad, siempre elude disfrutar con sus acciones.
Como todo tipo de personalidad, comienza con el nacimiento y se perfecciona con los años. Por ello es tan importante la figura de los padres en la educación del niño y de evitarle conductas que en el futuro le puedan provocar dolor. Porque el perfeccionista SUFRE.
El perfeccionista es muy sensible a las críticas. No las percibe como posibilidad de mejora sino como detracción a su depurado trabajo, su autoexigencia, rigiidez. Y es por ello que se irrita y genera somatizaciones que luego vemos en nuestras consultas: cefaleas, estrés, tensión muscular patológica (espalda, lumbalgias...), bruxismo, etc
Y no digamos el rechazo que genera en quienes le rodean. Al principio pueden ser buenos receptores de su tipismo, pero en cuanto pasan unas semanas... el apartheid que sentirá será mucho más real que la satisfacción que al principio les pudiera generar

¿Y qué hacer...?

En primer lugar deben aceptar que en su interior existe esa "vocecita" que les indica constantemente los defectos de sus obras, de sus acciones, y aprender a reirse de ella, de preguntar a los demás si les parece bien lo que ha hecho o si encuentran defectos. Saber cuál es la realidad ayuda a confrontarse con uno mismo, aunque la realidad sea al principio más átona de lo que pudiera pensarse. Lentamente irán aceptándose y si , además, hierran en alguna ocasión, mejor todavía.
Desterrar la patología psíquica que conlleva el perfeccionismo debe ser, siempre, la opción más acertada. Y que los demás veamos hacia donde puede conducir el exceso... más aún. Aunque no se sea sanitario.