25 julio 2008

Hemos proyectado para el próximo septiembre dentro de nuestro espacio mensual Tertulias de salud, el tema Envejecimiento satisfactorio, ¿es posible?. Lo llevará a cabo el Dr. Ernesto García-Arilla, actual Jefe de Servicio de Geriatría del Hospital Geriátrico San Jorge, en Zaragoza. Es este compañero un experto geriatra comprometido desde muy temprano con el mundo del mayor en toda su extensión. Presidió la Sociedad Aragonesa de Geriatría y Gerontología. Dirigió en su momento dentro del Gobierno autonómico una Dirección General de Atención Sociosanitaria dando un buen ejemplo de su interés en aunar la praxis con la realidad. Será interesante escuchar de primera mano cómo puede entenderse esta etapa de la vida humana sin caer en la negación del tributo a haber transitado por ella.
Hace pensar en que es importante saber vivir para no reprocharse nada cuando la vida se siente escasa en hojas del propio calendario. Y aunque parezca complicado no es tan difícil. Ésa es una asignatura que no se contempla en la formación escolar de nuestros niños, futuros dirigentes... nuestros.

18 julio 2008

Son bastantes las personas que me han llamado o me han parado por la calle para comentarme que les gustó mucho la Tertulia de Salud última dedicada a poner en su sitio los conocimientos que sobre la gastronomía se tienen y que se enlazan directamente con la salud del individuo.
Soy de la opinión que casi todo influye o puede influir en la salud del individuo. Y es bueno hablar de ello. Si hubiera mayor comunicación entre la sanidad y el ciudadano se utilizarían menos los recursos y el gasto, obviamente, sería menor o más racional. Discernir qué es normal y qué no lo es, sitúa al sujeto en su camino vital. Se habla que cerca del 25 % (¡ojo, uno de cada 4!) de los ciudadanos padecen algún disturbio psicofísico derivado del estrés, la ansiedad o discontrol psíquico, y que ello acarrean un porcentaje nada despreciable de consecuencias patológicas escasamente controlables por medios físicos. Se ve en nuestras consultas. Ayer atendía a una paciente con un defecto cognitivo de carácter posiblemente mixto, vascular más Alzheimer. Su hija, con la que vivía, me preguntaba cuál podía llegar a ser la vida a partir de entonces. Se la expliqué, sin exageraciones ni vaguedades, solamente con la experiencia que me ha proporcionado todos los años que llevo trabajando en esta parcela de la enfermedad. La noté que el cielo se le cubría. La tranquilicé y orienté auna página web en donde está colgado a disposición de todo aquél que lo precise una Guía que escribí ya hace un tiempo y que explica el día a día con un paciente de Alzheimer y cómo no morir en el intento... Allí se explica la enfermedad de una forma sencilla y comprensible y se proporcionan las "herramientas" para mejorar la calidad de vida de todos los que forman parte de esta convivencia. Y, por supuesto, le dije que yo no desaparecía, que estaba allí para ayudarle en sus problemáticas diarias, y también la Asociación de Familiares de Alzheimer, y los Servicios Sociales Municipales y autonómicos. Todos tenemos la obligación de estar. Éso es sociedad:comunicación de todo aquello que mejora la calidad de vida de quienes vivimos en unos cuantos metros cuadrados de superficie terrenal. Lo demás... no vale la pena.

10 julio 2008

Ayer tuvo lugar la última Tertulia de salud de la temporada. Retomaremos el curso en septiembre. Como ya dije en otra entrada, se habló de la importancia que nuestra gastronomía tiene en el mantenimiento de la salud. Para ello, el cocinero invitado, Ángel Conde (Restaurante El Chalet), desmitificó las alertas del cocinero Santamaría acerca de algunos compuestos que usan los cocineros famosos en sus creaciones culinarias, así como equilibró qué era "espectáculo gastronómico" del acto importante y único de comer.
La actividad se llenó de público que deseaba conocer de primera mano mensajes como: Sanidad inspecciona y ampara que lo que se come en los restaurantes de nuestro país, los cocineros han introducido en su manera de hacer cocina el mensaje de salud: menos grasas, más digestivos, menos azucarado... Éstos y otros muchos que pudieron escucharse son conceptos que utilizan los profesionales de la gastronomía a la hora de explicarnos sus platos. Yo opino que, además, su función va algo más allá: son especialistas en "conocer" qué hará feliz al comensal cuando acude al restaurante, hablan con él, le "arrancan" ese sabor, esa posibilidad de deseo sensorial materializado sobre un plato.

07 julio 2008

Leo en un periódico médico un artículo de opinión escrito por Josep Morera (Jefe de Servicio de Neumología del Germans Trías y Pujol, de Badalona) acerca de la conveniencia de reflexionar sobre la ambigüedad de las normativas y de las guías internacionales en la definición de la EPOC y la supuesta posición, que ellos califican como de Zugzwang, que colocan a quienes se dedican a esta especialidad. (Para quien no lo sepa, la posición de Zugzwang es una jugada que en ajedrez significa algo así como estar ante un callejón sin salida). Se refiere el compañero a la escasa fortaleza que le dan como elemento causal al tabaco, en cambio le extraña la insistente posibilidad de enmarcar a esta enfermedad dentro de lo que algunos autores llaman síndrome sistémico inflamatorio crónico y que hace poco tiempo han podido explicar en un suplemento monográfico de la revista Lancet. Subraya que en la última edición de que en la primera edición del 2001 de la Normativa GOLD, elaborada y revisada por un panel de eminencias en la especialidad se haga un alarde del dominio del eufemismo, pues se conseguía reunir más de 650 palabras sin nombrar el tabaco. Y acaba Morera citando a la historia, irrefutable visor de nuestros actos, y el caso de Ronald Fisher, matemático-estadístico y su "relación" con Gregor Johann Mendel en su diatriba profesional para con Richard Doll quien estableció por vez primera la relación entre humo del tabaco y cáncer de pulmón. En aquel momento los designios de la industria tabaquera parece que influenciaron mucho en que genética y tabaco se igualaran en la etiología de la enfermedad... Y yo me pregunto: ¿Qué querrá decir Morera con este artículo...?