08 febrero 2016

CÓDIGOS Z


Déjenme hoy que les hable de las personas consideradas como intolerantes al sufrimiento. Superan el 24% de las consultas psiquiátricas, pero no tienen problemas mentales tipificados como tales, aunque habría mucho que hablar sobre ello... Se ven incapaces para enfrentarse a la vida. Ven muros delante de ellos, se sienten inútiles dentro de una sociedad que pide cada vez más y más. Son incapaces de afrontar sentimientos como la tristeza, angustia, rabia, frustración, impotencia, soledad, odio, agresividad. Sentimientos que son emociones legítimas y normales ante situaciones que les depara la vida. Se les llama Códigos Z. Son personas que no toleran el sufrimiento, la insatisfacción, incapaces al enfrentamiento diario de situaciones corrientes. Obviamente, en estos años de crisis se han disparado en frecuencia.
Problemas con la pareja ocupan el 20% de los casos, a los que le siguen los relacionados con el desempleo (18%), los derivados del día a día (10%), la muerte de algún familiar( 9%), etc.
El consumo de las mal llamadas "píldoras de la felicidad" se han triplicado en los últimos diez años según la AEMPS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios). Si en el año 2000 el consumo de dosis de antidepresivos por cada 10.000 habitantes era de 26,5, ahora es de 79,5. La solución para estos Códigos Z no es la medicación. Eso es tirar los recursos públicos (que sostenemos todos mediante nuestro IRPF, no se olvide...). La solución es ir al origen del problema y convencerle de que existen otras salidas distintas a la que ellos quieren, probablemente.
 
Nuestra sociedad exige cada vez más seres felices, no solo sanos. La crisis del bienestar ha venido a cizañear, a no dar el mínimo tiempo para elaborar la pérdida, la limitación, la frustración, la crisis. Y quien no sabe elaborarlo...sobra, se le aparta. No se le proporciona el mínimo tiempo para reconfortar, reconducir ese momento, ese período. Antes los había también, pero pasaban más desapercibidos.
 
 

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