REPROGRAMAR LAS CÉLULAS.
De vez en cuando se leen noticias de salud que parecen ciencia ficción rayando los límites de una ética que camina por un sendero al que pocos, los menos, afortunadamente, miran con los ojos de la imprudencia. Leo avances en reprogramación celular que se está llevando a cabo en Salk Instte. de La Jolla (California) en donde están trabajando investigadores españoles. Habla uno de ellos acerca de la abrumadora plasticidad que mantienen las células adultas y lo relativamente sencillo que resulta reprogramarlas y convertirlas en nuevos tipos celulares. "Era algo impensable hace un par de años", añade. "Asusta de lo fácil que es", incide Sergio Ruiz. Reprogramar es coger una célula de la piel, por ejemplo, y decirle: "olvida tu pasado. Voy a desnudar tu ADN. Te voy a quitar todas tus marcas epigenéticas y a partir de ahora dejarás de ser una célula epitelial. No serás nada; estarás en el limbo, predispuesta a que te envíe unas señales químicas y te pida vestirte de riñón, eritrocito o célula nerviosa".
La verdad es que en su momento supuso una revolución, evitar el uso de embriones para disponer células propias sin riesgo de rechazo inmunológico. Comenta el investigador, que junto a Ignacio Martínez se sienten estar avanzando extraordinariamente en los últimos meses, que hace muy poco tiempo entendían que para que una célula se transformara en otra, primero había que "desnudarla" de su potencial genético para ser otra. Sin emabrgo, ahora no es obligatorio desprogramar toda la célula o lo que es lo mismo, no olvidar y romper con el pasado.
No obstante, y allí está la paradoja, nada de ésto nos acerca a la curación del Parkinson, Diabetes o la Medicina regenerativa. Aún hay muchísimos problemas que resolver antes, circunstancias que aparecen con el propio avance.
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