EL PODER DE LA PUBLICIDAD EN LA SALUD.

Acabo de conocer que la asociación de usuarios FACUA ha demandado a la empresa que publicita y vende unas pulseritas de caucho con las que prometen beneficios para la salud de muy dudosa credibilidad, por no decir de nula, salvo el efecto placebo que todo producto que se tome o se aplique con fé ocasiona. Al parecer la acusación es de publicidad engañosa, obviamente, y no va a tenerlo muy fácil la referida empresa para defenderse. Ojalá se deje de ser tan encefalogramaplano y no se afirme que lo lleva un famoso y que la leyenda urbana tranfirió que se había curado de algo, lo que sea, por llevarla y se piense algo más con las neuronas de la sensatez.

Publicitar falsedades que repercutan en la salud nunca debiera permitirse. También con el proactivo lácteo ACTIMEL, parece que han existido problemas en Gran Bretaña debido a que no han podido presentar estudios científicos serios frente a la Agencia Británica del medicamento, en los que demuestren los hipotéticos beneficios que para el sistema inmunitario produce. Les han prohibido tajantemente seguir con este tipo de publicidad engañosa. ¿Por qué no decir simplemente que es un derivado lácteo, orientado a personas que se alimenten mal o con osteoporosis solamente?, ¿por qué ir de valedores de nuestra salud...?, ¿será porque un yogur cuesta cinco veces menos que el referido Actimel?.

La publicidad, el márketing, es enormemente beneficioso para el mundo de la salud... pero me refiero al buen márketing, a la buena publicidad, que la hay y mucha. España es un gran país de especialistas publicitarios. Saber cómo llegar al ciudadano para que obtenga beneficios para su salus lo saben hacer como pocos. Por éso imagino que no les hará ninguna gracia ver cómo por unos cuantos ávida dolars les acusan de engañar, sin más filigranas.

Posiblemente esté llegando la cordura al espacio sanitario o sociosanitario en el que se ha permitido prometer lo que muchos oidos deseaban escuchar. Tal vez allí nosotros, todos los que trabajamos en este sector, delante y detrás, tenemos parte de esa culpa por no salir a explicar qué es verdad y qué no es tan verdad...