29 diciembre 2008

Padecer Alzheimer es una gran desdicha, sí, para el paciente, por supuesto, y para los que le rodean, seamos justos. En ocasiones, cuando nos preguntan si tiene cura o si está temprana algún tipo de terapia que augure el final de la enfermedad me acuerdo de cuando se comenzó a hablar de ella, en serio, vamos. Fue en 1981. Antes ya la habíamos estudiado en la licenciatura de medicina... tres líneas. Y es que, prácticamente no existía, así de sencillo.
Y fue en tal año cuando se vistió de gala y a causa de padecerla una persona conocida mundialmente, se volcó dinero público y privado para encontrar solución a lo que aún no la tiene y lamentablemente me temo que pasará mucho tiempo antes que la tenga. Y esto viene a cuento porque acabo de leer un estudio dirigido por el Dr. Robert Vassar en la Facultad de Medicina de Feinberg en Northwetwrn, Estados Unidos de Norteamérica, sustentando que la falta de glucosa en cerebro puede ser la causante del principio del deterioro en la enfermedad de Alzheimer y causar los procesos bioquímicos que general alguna de sus formas.
Sin entrar en la pormenorización de cómo se ha efectuado el estudio, lo que desearía que se fijara quien leyera la noticia es en la palabra alguna. Y es que ya hace años los clínicos, los que trabajamos en las trincheras, muy cerca del hipotético enemigo, ya decíamos a quien nos quisiera escuchar, que no todos los Alzheimers eran iguales, que globalizar en fases, como todos lo hemos hecho, es muy pedagógico porque ayuda a acercar conocimientos a familiares y neófitos, pero que, luego, en el día a día, la cosa cambiaba... Hoy, aún estando lejana la curación, sin embargo, ya hablamos de tipos de Alzheimers. Pues bien, han pasado 29 años, y no tengo sensación de que hayamos fracasado, en absoluto, porque posiblemente sea esta enfermedad la que más haya progresado central y colateralmente en pos del paciente, de cualquier paciente, de todos los pacientes. Y más, gracias a ella se ha vuelto a hablar de la cronicidad, un vocablo que parecía desterrado de nuestro diccionario ¿médico?.

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