05 abril 2009

INFECCIONES EN LOS HOSPITALES

Según el Informe: Estudio de Infecciones Nosocomiales en España (Epine) que elabora cada año la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud e Higiene, cerca de 300.000 personas contraen cada año una infección nosocomial (dentro del hospital), y 6.000 fallecen. El coste asociado asociado es de 700 millones de euros. Comprendo que son cifras asustantes para cualquier ciudadano que se adentra en un hospital para ser curado y se encuentra con resistencias farmacológicas y complicaciones derivadas de los microorganismos que allí residen... No obstante, ha de decirse que nuestros epidemiólogos hace tiempo se pusieron a trabajar en mitigar estos resultados y crearon una estrategia para paliar este problema. Las primeras conclusiones dicen que de 4,9 episodios por 1.000 días de mantenimiento de un catéter venoso, las consecuencias nefastas fueron reducidas a la mitad, por medio de las experiencias que objetivó el Dr. Peter Pronovost, del Centro para Innovación de la Calidad de la Universidad Johns Hopkins (EE.UU).

Hace tiempo que los gestores hospitalarios responsabilizan a estas infecciones del elevado gasto sanitario generado en los hospitales, debido a estancias más prolongadas, mayor utilización farmacológica y aumento de las plantillas. Es de todos conocido que quién ingresa en un hospital, es añoso, presenta su inmunodepresión muchas veces acentuada, sus patologías son cada vez más complejas y los antibióticos son en muchas ocasiones menos efectivos de lo que se desearía debido a la resistencia que muestran. También el Epine habla de cómo ha variado la distribución de las infecciones: Iban en orden de frecuencia decreciente: urinarias, quirúrgicas, respiratorias y bacteriemias. Hoy son: respiratorias, urinarias, quirúrgicas y bacteriemias. Habla el informe que las bacteriemias han aumentado en frecuencia debido a las infecciones provocadas por el cateterismo (las sufre hasta un 20% de los que ingresan, debido a que en casi el total de los que ingresan se les coloca uno. Por otro lado, los problemas respiratorios se derivan de la intubación que precisan los pacientes que han de ser ventilados y que se traducen en neumonías derivadas de los microorganismos que se adentran en el prganismo por el tubo de ventilación al ser intubados. Entre los microorganismos más populares en los hospitales están el Staphylococus Aureus resistente a la meticilina (SARM), que alcanza ya casi el 50% Lo son también: Escherichia Coli y Klebsiella Pneumoniae entre otros.

El nivel de infección nosocomial está en la media del continente europeo, aunque todavía hay una serie de factores que no favorecen la disminución de infecciones y a los que debería planterase una programación mucho más agresiva de actuaciones, dado que un retraso de una hora en actuar antibióticamente frente a una infección hospitalaria supone una mortalidad mayor del 18% y si retrasamos más esta toma de decisoones a más de seis horas nos iríamos a una mortalidad del 60%.

La tasa de infección en quirófanos es de 4% en las intervenciones programadas y un 16% en las de urgencia, según comenta el Dr. Lera, del Hospital de Navarra. Se habla de que una de las medidas más prácticas en estos momentos es la impregnación de los hilos de sutura con sustancias antisépticas, como muestran resultados de estudios efectuados en nuestros hospitales. En consecuencia, al hospital debe irse cuando estríctamente lo recomiende un facultativo, y su ingreso no debe forzarse si no lo ordena. Está demostrado que afecciones no graves son igualmente tratadas por la Atención Primaria de nuestro país, una medicina de las mejores del mundo. Los hospitales son espacios que nunca debería ser saturados. Pensemos que el grado de esterilización, de control sanitario, de mejora en los procesos complicados de tratamiento de enfermedades graves siempre son mejores cuando se dedica más tiempo a ello, y difícilmente puede hacerse cuando se tiene una presión asistencial tan intensa...

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