04 octubre 2009

SALUD INTELIGENTE.
La salud está considerada por más del 90% de las personas de los países occidentales una de las condiciones más importantes para el bienestar. Sin embargo, no es tan valorada en los pueblos de Oriente, en donde posiblemente sea su cultura más cercana a favorecer los aspectos más espirituales de la persona, aunque también para esta posibilidad existirían otras respuestas.
La mayoría de las personas cuando hablan de salud, lo hacen pensando en que funcionen bien sus órganos. Sin embargo este significado no es universal. Por ejemplo, la OMS define salud como "el estado de completo bienestar físico, psíquico my social", y no simplemente la ausencia de enfermedad.
La importancia de la salud es más patente en las personas mayores, para quienes el miedo a la dependencia, fundamentalmente, les hace visitar al médico con mayor frecuencia. Interesante fue, permítanme incluir un dato nuestro, la Tertulia de Salud organizada por la Escuela que el Dr. Juan José Lacleta, del Centro de Medicina Deportiva del Gobierno de Aragón, llevó a cabo el pasado viernes en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés en Zaragoza, acerca de cómo la elasticidad, el control físico de nuestros órganos varía con los años y cómo puede mantenerse de forma que se continúe sintiendo "libre" para llevar una vida positiva.
Saber que la autonomía pierde cada vez más significado, hace ver la finitud de la vida con una mayor claridad. Sin embargo, el estado de salud depende mucho del ánimo. La socióloga Ruut Veenhoven, publicó no hace mucho una revisión de más de cuarenta estudios concluyendo que encontraba un elevado nivel de felicidad o satisfacción en general, vinculado a una percepción positiva de la propia salud y a una esperanza de vida más larga. Según un estudio publicado por la Dra. Dorly Deeg, en el que participaron más de tres mil personas, de más de 65 años, todos en buen estado de salud física, psíquica y social, que fueron seguidos a lo largo de tres décadas, los participantes que se sentían contentos con la vida, con su vida entendida de forma inteligente...evaluaban más positivamente su forma física y tenían una expectativa de vida más allá de veinte meses que la media de la población.
Consecuentemente: de nada sirve pensar en la finitud de la vida, sí en los cambios físicos y psíquicos que ella conlleva, por supuesto, aunque solamente sea para ser algo más condescendiente con nuestro propio organismo. Y sí admitir que, sin embargo, aspectos ambientales, como seguir enamorándose todos los días de las personas que se quiere, de sus aficiones, de la naturaleza que le rodea, es lo más positivo que puede hacerse... por uno mismo. Es lo más cercano a eso que llaman felicidad.
Leí hace un tiempo una frase de un tal David Lykken que hablando de la felicidad, decía: "No hay nada más responsable de la añoranza de los buenos tiempos pasados que una mala memoria". Interesante, ¿no...?

1 comentario:

Aventurero 66 dijo...

Estoy al cien por cien de acuerdo en su concepto de una buena salud, Doctor. También me convence la OMS cuando define la salud “COMO EL ESTADO DE COMPLETO BIENESTAR FÍSICO, PSIQUICO, Y SOCIAL.
Son reflexiones que descubro aletargadas en mi interior. Sucede, que al ser expuestas por personas que me inspiran confianza y preparadas académicamente, consiguen aportarme claridad, y automáticamente, afloran a mi conocimiento consolidándose y consiguiendo mejorar mi formación.
GRACIAS.
Tuve la buena idea y la satisfacción de acudir el viernes día 2 de Octubre al Ámbito Cultural del Corte Inglés.
La Escuela Aragonesa de Salud nos obsequió, por medio del Dr. Juan José Lacleta, con una lección sobre las ventajas de “estar en forma” y los inconvenientes del entrenamiento excesivo.
La forma cercana de mostrar las cosas, junto a las preciosas fotografías de nuestro Pirineo Oscense, crearon un clima de confianza en la sala muy especial.
Fue una exposición clara, documentada, y humana, que dio lugar a numerosas preguntas de los allí presentes.
En una de esas consultas, un asistente, equiparó el sexo con el ejercicio físico, el entrenamiento, y el deporte (que es de lo que se había estado hablando). Me quedó la duda de si médicamente entra la posibilidad del sexo en estas cuestiones de salud.
Contando que la salud lleva su dosis de lotería en la genética, y que puede ser muy elástica a lo largo de nuestra vida por razones obvias, me permito apostillar un pensamiento personal: Creo que gozando de un “BIENESTAR FÍSICO PSIQUICO Y SOCIAL”, (en parte conseguidos, y mantenidos a base de un comportamiento personal adecuado), tenemos resuelta la salud espiritual. Y también viceversa.