21 marzo 2009


FRUTOS SECOS FRENTE AL SÍNDROME METABÓLICO.


Acaba de publicarse en el Archives of Internal Medicine un estudio efectuado por un equipo de científicos españoles en el que se establece una relación directa entre dieta mediterránea, ingesta diaria de un puñado de frutos secos y control de los factores de riesgo cardiovascular y síndrome metabólico. El estudio se llevó a cabo en 1.224 voluntarios de edades comprendidas entre los 55 y 80 años y un perfil de alto riesgo cardiovascular.

Los sujetos fueron distribuidos en tres grupos: el primero recibió consejos sobre una dieta baja en grasas mientras que a los otros dos grupos se les instruyó sobre los beneficios de la dieta mediterránea ( a uno de ellos se le proporcionó un litro de aceite de oliva virgen por semana, y al otro grupo le dieron 30 gramos de frutos secos por día).

Al principio del estudio, el 61,4% de los participantes presentaban síntomas de síndrome metabólico. Pasado un año, 409 sujetos del grupo siguieron dieta mediterránea con aceite de oliva, 411 añadieron a la citada dieta frutos secos y el resto, 404 sujetos, participaron una dieta baja en grasas. Después se pudo observar que la prevalencia del síndrome metabólico se redujo un 13,7% entre los individuos del grupo de frutos secos, un 6,7% en el grupo del aceite de oliva y un 2% en el grupo pobre en grasas.

A pesar de que el peso no varió, el número de sujetos con circunferencia abdominal superior a 102 cm. , niveles altos de triglicéridos, hipertensión e hiperglucemia, disminuyó en forma significativa en el grupo de dieta mediterránea en comparación con el grupo que redujo el consumo de grasas. Ésto lleva a concluir a los expertos que los frutos secos, y en concreto una mezcla de nueces, avellanas y almendras, contribuyen a reducir el conjunto de alteraciones metabólicas que dan lugar a la obesidad abdominal, tan frecuente por otro lado, en varones.

Resulta muy interesante la confirmación de las intuiciones que de siempre nos han proporcionado nuestros mayores en torno al consumo de futos secos (crudos, no sazonados con sal ni rebozados de azúcar) en nuestra salud, junto a nuestra envidiable dieta mediterránea. Y yo me pregunto, ¿por qué no se dan a los niños un puñadito de frutos secos diariamente, antes que esa bollería industrial, que tan confirmado está que no es en absoluto sana...?. La costa mediterránea, y demás comunidades españolas son ricas en productos que nos regala su tierra. Solo hay que ir por sus pueblos y ver en sus sacos y canastas lo que acaban de coger en los campos... En ocasiones, es muy bueno poner distancias para ver lo que realmente es bueno...

1 comentario:

Aventurero 66 dijo...

Ha llegado el conocimiento de nosotros mismos a tal nivel de desconcierto y degradación, que no somos capaces de discernir entre lo que nuestro organismo necesita para alimentarse saludablemente y lo que no.
Nos dejamos atrapar en las tupidas redes de la publicidad y la moda. Acosados por los cuatro costados, nuestra alimentación, desgraciadamente, no ha quedado exenta y “la comida basura” campa por sus respetos.
Se dice, en un “corre corre” popular, que: “somos lo que comemos”
Se manipula mucho, yo diría que demasiado, los productos para nuestra alimentación. Hay mucho oscurantismo, y lo que es peor, reboce de la realidad, ablando en plata: engaño. Lo que parece que es o a lo que sabe no tiene nada que ver con su realidad.
Si observamos nuestras digestiones, las cosas conforme más sencillas y primarias mejor nos sientan. Tampoco somos clones y por tanto nadie mejor que nosotros debemos decidir lo que nos sienta bien o mal.
Muchos dolores de cabeza y malos humores son el resultado de un rechazo en nuestro estomago por rico que nos supiera el “pastel” (lo digo, por experiencia propia).
Así que si queremos disfrutar con la comida sin correr demasiados riesgos pues… ¡a ponerse el delantal!, materias primas de calidad y a cocinar.
Lo malo es que no tenemos tiempo para eso y muchas veces se nos hace inviable.
Por este motivo quiero dejar aquí patente el gran interés que me suscita la información sobre esta materia, porque en muchas ocasiones no tenemos más remedio que: “morir al palo”.
GRACIAS, Doctor.