11 marzo 2009



HUMEDAD Y SEQUÍA
Son de uso cada vez más frecuente en circuitos spas, gimnasios y espacios de belleza. Son las saunas. Unas son secas, las llamadas finlandesas y otras húmedas, o también conocidas como tipo hamam o baño turco. Las primeras pueden alcanzar temperaturas de 70-80º, y las segundas no suelen superar los 50-60º. Las secas no presentan más del 20% de humedad, llegando al 90% en las segundas. Esto hace, en contra de lo que pueda parecer, que en este último se sude menos que en la saluna seca.
Cuando la temperatura externa supera a la del cuerpo, el organismo suda con el fin de compensar. Al evaporarse ese sudor el calor se dispersa y, por tanto refrigera el organismo. Si la humedad del ambiente (como en el caso del baño turco o hamam) recubre toda la piel, no se suda porque el vapor de agua hace la función de dispersión del calor.
Entre los beneficios que se promete están: liberar toxinas, activar la circulación sanguínea, relajar el cuerpo, desintoxicar la piel, limpiar las vías respiratorias... En algunos lugares se le calificó como "la farmacia del pobre". No obstante no todo son beneficios. Es el caso de las personas que sufren patología cardiovascular. En la situación más corriente de tomar una sauna, se produce un cambio muy rápido de temperatura al salir de ella y darse una ducha fría. El contraste tan brusco es uno de los estímulos más fuertes para aumentar la tensión arterial. O lo que es lo mismo, de la vasodilatación que genera el calor, se pasa muy rápidamente a la vasoconstricción del frío, nefasto estímulo para aquellos que han sufrido un ictis o daños vascular agudo. Tampoco está indicado en personas con tensión arterial baja de forma crónica. En cambio no se desaconseja en personas hipertensas si el contraste es pausado y no rápido. Tampoco es recomendada la sauna seca en pacientes con alteraciones pulmonares del tipo broncopatías crónicas y severas, y sí el hamam debido a la humedad ambiental, aunque a ciencia cierta resulta más útil contar con un humidificador ambiental en el domicilio que le produce una humedad ambiental continua.
Los beneficios dermatológicos son muy publicitados debido a que aumenta la circulación la circulación de la piel y de obtener así un óptimo suministro de oxígeno. No obstante, los dermatólogos afirman que sudar mucho y sobrehidratarse dan un aspecto saludable a la piel, pero es un fenómeno temporal porque cinco horas después, la capa córnea de la piel elimina ese agua y vuelve a la normalidad. Por no hablar de la patología propia de los spas, según comenta el Dr. Conejo Mir , Presidente de la Academia Española de Dermatología y Venerología en una entrevista de hace unas semanas a un medio de comunicación," de las patologías propias de los spas, la foliculitis por pseudomonas". Y añade que "no es cierto que tras una sesión de sauna se dilaten los poros de la piel y eliminen impurezas y toxinas. Se fuerza al riñon y hace que este órgano funcione un poco mejor, lo que resulta beneficioso porque hace que mejore la filtraión y se rerpoonga el equilibrio electrolítico. Pero la piel no rejuvenece ni mejora, salvo que, a parte, se apliquen mascarillas que hacen un "peeling" y arrastren las impurezas de las capas superficiales de la piel. O lo que es lo mismo, no tiene efecto milagro, sino que en algunas personas puede tener nefastas consecuencias, por ejemplo los que t¡enen patología capilar y se les provocan más número de roturas capilares en su cara".
Definitivamente, antes de acudir a darse una sauna o un hamam debe consultarse con su médico. Algo tan liviano y hermosamente relajante como se nos vende en las revistas que a menudo leemos, puede ser muy grave en el fondo!!!.
LO QUE NUNCA HAY QUE HACER: Entrar con hambre en la sauna o habiendo acabado de hacerlo . Efectuar ejercicios gimnásticos dentro de la sauna. Frotar el sudor. Alargar la sesión más de 15 minutos. Ducharse tras la sesión con agua fría o caliente de forma inmediata.
SÍ SE DEBE HACER: Si hace bastante tiempo desde la última comida, tomar algo que lleve glucosa. por higiene ducharse con agua templada y secarse antes de entrar a la saluna. Lo mismo al salir. Una vez dentro, colocarse en el asiento medio o superior con los pies sobre el banco para que todo el cuerpo esté a la misma temperatura. Salir cada 8-12 minutos. Al acabar la sesión tomarse un zumo de frutas naturales en agua.
Y que disfruten...

2 comentarios:

Caminando 42 dijo...
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Caminando 42 dijo...

Apostada en el valle de Tena, en terreno de sarrios y cuna de mis mayores, recuerdo entre montañas de nieve cascadas heladas y aguas termales, el escepticismo de mis antecesores ante el entusiasmo que siempre he mostrado por los modernos circuitos de agua. Spa.
Creo que todo ser humano, quizás por remotos genes de nuestros antepasados provenientes del mar, necesitamos envolvernos, sumergirnos, respirar, y disfrutar del liquido elemento.
A veces me parece que cuento con miles de años a mis espaldas y vivo casi en directo, situaciones obsoletas.
En estos momentos, ante la contemplación de este portentoso estallido de la Naturaleza, trato de concebir mi posible morada en estos montes.
Mi refugio, creado naturalmente, sería el instinto el que lo descubriera.
A base de trabajo e inteligencia quedaría organizada mi existencia.
Resguardada de las inclemencias del tiempo, sospecho mi morada al abrigo de aguas ferruginosas calientes. Las cascadas, bajando la nieve, alegrarían con su música el despertar y tonificarían con su contundente masaje mi piel. El monte de arcilla y la piedra de sal, complementarían una total hidratación e higiene.
Situación impensable en nuestro mundo de hoy.
En la desconfianza manifiesta de mis familiares mayores ante el uso moderno del agua para nuestros baños higiene y disfrute, descubro quizás restos “karmicos” un tanto confusos, pero, francamente, me dan que pensar muy seriamente.
¡¡Hija mía!! Me previenen no sin cierta angustia:
“Las aguas recogidas no traen más que enfermedades de todo tipo… y para matar la cantidad de porquería que almacenan con tanta gente “haciendo de todo”, las tratan con productos químicos que a su vez destruyen el “manto natural y protector” de la piel. Es una autentica cochinada y se pone mal donde no hay”.
Siempre he considerado esos preocupados consejos (en mi fuero interno) de “atrasados”.
Conforme pasan los años he llegado a comprenderlos, pero al no disponer de aguas termales ni cascadas heladas, ni monte de arcilla ni piedra de sal en mi cómodo domicilio de la ciudad tengo que recurrir al moderno sistema.
Gracias a nuestros Médicos por estar al tanto de los peligros que nos acecha la vida moderna en sus usos y costumbres y apuntarnos medidas de conducta para nuestra seguridad.
Son como Don Quijote de la Mancha siempre deshaciendo entuertos y luchando con Molinos de viento…
Menos mal que el Sol sigue acompañándonos como siempre, y el aire todavía lo podemos respirar con cierta tranquilidad, aunque a veces a este último tenemos que salir a buscarlo…