24 diciembre 2010

YOGUI, SER HUMANO y SOLEDAD.
Acaba de presentarse un oso de peluche inventado por una industria electrónica japonesa (Fujitsu) que augura llegar a ser un fuerte aliado del médico y sus tratamientos en un futuro...
El juguete en cuestión está orientado hacia la lucha contra la soledad y las alteraciones afectivas que sufre el ser humano. Dotado de una cámara situada en el hocico, puede identificar a varias personas frente a él y detectar sus estados de ánimo. En función de cómo se encuentre anímicamente el ser humano al que observe podrá llegar a usar hasta 300 comportamientos. Fundamentalmente analiza el grado de mueca y sus gestos faciales. También el susodicho animalito posee sensores repartidos por todo el cuerpo que le hará responder a distintos tipos de caricias, así como movimientos musculares que le enfatizan hacia el grado de comunicación no verbal que desea transmitir en cada momento. Doce motores internos actúan conjuntamente para mover orejas, boca, ojos cejas, abrir y cerrar la boca o inclinar el cuello, mover brazos y/o piernas, etc.
Hace ya algunos años se empezó a leer acerca de la creación de muñecos, focas creo recordar, de tacto sedoso y sonidos tenues y mimosos, que se estaban comercializando fundamentalmente en Japón, para instalarlos en Residencias Geriátricas. Allí, el problema de la soledad es muy acuciante, y más aún el de sus alteraciones neurodegenerativas, fundamentalmente la demencia. Al parecer, aquel intento fue positivo y ha dado lugar a que empresas como Fujitsu y su programa Human centric hayan potenciado su investigación y desembarquen hoy con este curioso osito. Tras él hay mucho más, evidentemente: funciones de control de constantes vitales a distancia, envío de datos, etc...
Analizando objetivamente la noticia, da que pensar la tristeza que puede deparar que el ser humano anciano o enfermo, no pueda ser acompañado por otro igual que él o más joven para atenderle, o que no exista suficiente dinero para pagar auxiliares, enfermeras o médicos que se ocupan de sus carencias sociosanitarias. Imagino que algo tendrá que ver el carácter del japonés (quiero creerlo) y que en nada se parezca al mediterráneo (me autoexijo creerlo), y no entro en las escaseces monetarias del futuro... Nosotros, los mediterráneos, somos más locuaces, nos agrupamos más, hacemos valer esas "pequeñas cosas" que nos acercan a la vida más sencilla pero más plena... Por otro lado, ¿en qué resortes anímicos se apoya quien confecciona al osito Yogui de marras...?. Que las telecomunicaciones se van a hacer necesarias no lo niego, pero que también pueden ser menos frías y más humanas hay que construirlo.
Sabemos qué podría venir.. sí. Pero todavía podemos enfrentarnos a ello de una forma coordinada. Tan solo es cuestión de proponérselo y de que cada uno, a su nivel, lo llevemos a cabo.
Feliz Nochebuena a todos.

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