14 diciembre 2010

PENSAR CON LA CABEZA.

Ha tenido que llegar la recesión para que se piense de una vez por todas en cómo deben gestionarse nuestros ndineros porque ¡fíjense!, eran/son finitos...
Debiera ser una asignatura de exigido cumplimiento en la formación de todo dirigente público que supiera reconocer en dónde está la carencia y cómo hacer que se subsane, ya no de la forma más rápida posible sino más equitativamente posible. Me estoy refiriendo concretamente a la circunstancia de duplicarse prestaciones sanitarias, educativas o sociales cubiertas por otras instituciones ya asentadas. Si hablamos de este último apartado sería necesario constatar qué se entiende por social, concretamente. ¿Es todo lo que tiene que ver con lo que no aborda la sanidad o es lo que se dirige al colectivo anciano, con escasos medios o sin ninguno, en situación de descalabro mental o comportamental futuro, etc...?. Evidentemente también lo son otro tipo de actividades que fomentan y cultivan el espíritu, dándole un tipo de vida que no se cuantifica de la misma forma que lo hacemos los sanitarios. Y debe existir. Por supuesto. Pero ahora nos encontramos en una situación de alarma ( y no solo por la gran parte de insolidarios y despreciables controladores aéreos españoles en la actualidad) en la que deben posponerse acciones cool y subrealismos caprichosos para centrarnos en dónde han de dirigirse prioritariamente nuestras contribuciones pecuniarias a Hacienda. Cuesta desprenderse mucho todos los años, año tras año, de un dinero que luego deberíamos ver en hospitales, carreteras, universidades, etc... Y seguro que se reflejan, pero aún debería hacerse más, y no solo los que de forma directa se coligen sino también los que de forma indirecta sufragamos y deseamos que sean bien empleados y en toda la superficie hispana. Se observan en algunas comunidades autónomas duplicidad de atenciones en colectivos concretos y carencia en otros, autorización de atención farmacológica para unos colectivos que no es la misma que en otras comunidades, pruebas diagnósticas que no se efectúan en igual proporción en todas las comunidades autónomas, etc... ¿Es equitativo...?, ¿es ético...?. Si contribuimos de igual manera al sostenimiento del país, también debe ser equilibrada su atención, sea la que sea, y quiénes la efectúan.

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