08 enero 2009

INDIGNANTE.
Hace tiempo que hablamos entre profesionales sanitarios lo indignante que es la venta de fármacos por internet. La salud es lo más importante que un ser vivo posee, y "jugar" con ella debe ser impedido. Por éso me ha agradado mucho el artículo de Celeste López y Maite Gutiérrez hoy en La Vanguardia acerca de lo vulnerable que es cualquier mortal a ser bombardeado de "mierda encapsulada", digámoslo claro.
Sólo en dos meses se han interceptado en España un millón de fármacos falsificados, entre ellos, antibióticos, antiinflamatorios, hipocolesterolémicos, fármacos antiobesidad, potenciadores sexuales, antineoplásicos o "recuperadores" de la falta de memoria entre otros... Más del 60% de ellos son falsos, por supuesto, y la gran mayoría provienen de su compra por internet. Si bien en la mayoría de los casos, el efecto es nulo, las autoridades sanitarias advierten que en muchas ocasiones existe un potencial peligro para la salud. Inés Sanz de Madrid, Directora del Departamento Internacional de Farmaindustria, afirma que ya se han descubierto medicamentos falsos en las cadenas de distribución oficial, y ésto es más grave todavía. Advierte la responsable de Farmaindustria que una de las causas más propiciantes a tal aumento es la ausencia de leyes que penalicen esta actividad, máxime en un mundo globalizado en el que la Red hace pequeña cualquier distancia. Tal es la situación de indefensión del ciudadano que las periodistas citadas se han puesto en contacto con portales de internet que a la pregunta a sus responsables de si se les remitiría el fármaco sin receta, le responden afirmativamente, añadiendo que tal acción ya la vienen haciendo desde años. En otro, le facilitan un test (una "especie" de historia clínica con la que poder salvar alguna hipotética demanda...imagino) para que cualquiera de sus médicos le haga la receta desde otro país y así le envíen el producto. Al parecer, en sus webs, añaden una coletilla que recomienda la consulta a su médico... Sin embargo, no es muy aceptable creer que una persona pide por internet lo que su médico no le recomienda ser comprado aquí...
Evidentemente se deben hacer leyes muy duras que, aprovechándonos de la globalización se persigan a las mafias del medicamento allá donde estén, y en ésto la Unión Europea, desde su Parlamento es la primera que debe trabajar en ello (Programa IMPACT). Por otro lado, debiera preguntarse si se debe penalizar también hasta el último sujeto que trabaje en la cadena de fraude. Y por último, creo útil aumentar las recomendaciones publicitarias por parte de los Organismos Estatales y Autonómicos implicados en protejer la salud del ciudadano, recordando que detrás de cada recomendación farmacológica siempre debe ir un médico que explore y diagnostique la prescripción, único profesional sanitario formado para tal fin.

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