22 noviembre 2009

ESTAR BIEN.

Hace un tiempo leí una frase que me llamó la atención. La había escrito un psiquiatra llamado Thomas Szasz, y decía: La felicidad es una condición imaginaria que los vivos atribuyen a los muertos, los adultos a los niños y éstos a los mayores.
Obviamente el famoso o no famoso Thomas, pensaba en un estado totalitario, no en otro fragmentario al que es mejor conocer por partes y confluirlo ... si es posible.
Pensar en plenitudes siempre acarrea frustración. Si pensamos que nuestras correctas acciones, incluso buenas, buenísimas acciones serán siempre devueltas con igual medida... lo pasaremos mal, seguro. Debemos hacer lo que creamos positivo hacer por el hecho de creerlo, nunca por el premio a conseguir.
Éso que llaman bienestar psicológico es siempre diferente en cada persona. Y es que en ello ha tenido que ver de forma importante nuestra educación, el cariño que hemos tenido de pequeños, las dificultades de carácter económico que han existido en nuestra familia, las enfermedades que hemos sufrido, nuestra formación, etc.
En nuestra vida corriente interviene mucho la autoestima. En la época hippie no era infrecuente que jóvenes y menos jóvenes abrazaran otras causas abandonando sus hogares aduciendo que debían conocerse. En aquel entonces se daba poco valor a tal afirmación, producto, se pensaba, de algún disturbio mental transitorio. Sin embargo, hoy, vuelve a ser frecuente escucharlo... ¿Será porque la reflexión de la existencia no tan amplia de la vida obliga a sincerarse con uno mismo...?. Posiblemente. No lo sé exactamente. Lo que sí sé ciertamente es que resulta mejor el tránsito por este mundo si uno se conoce a sí mismo. Y éso es ya un comienzo del proceso de autoestima.
¿Nos preguntamos si nuestras cualidades son como las de otras personas?, ¿cómo son, en realidad?, ¿nuestro fin permite cualquier medio para conseguirlo?, ¿nos sentimos queridos?, ¿en cuántas ocasiones nos hemos sentido bien en los últimos siete días?, ¿qué deseamos...?.
Por no extenderme más en esta pequeña entrada al blog de hoy, que sí tiene que ver con la salud, no se obvíe..., creo que los momentos felices existen ¡faltaría más!. La extensión de los mismos ya depende de aspectos derivantes de lo que he dicho anteriormente.
Les deseo muchos momentos felices.

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