10 enero 2010


SALUD EMOCIONAL o CÓMO VIVIR MEJOR CON NOSOTROS MISMOS.
Quiero seguir incluyendo en este blog de contenido sanitario, comentarios para mejorar nuestra calidad de vida, que también forma parte de nuestra salud emocional. Las emociones son la totalidad de nuestra existencia, aunque nos pasen desapercibidas y en ocasiones, incluso, no las entendamos (¿por qué he respondido de esta forma?, ¿por qué estoy llorando?...).
Todo lo que hacemos a lo largo y ancho de nuestra existencia viene determinado por nuestro sistema límbico cerebral, el que nos genera las emociones: la tristeza, la ira, la pasión, el miedo, el amor, etc. Sin embargo, en muy pocas ocasiones nos detenemos a pensar en cómo las administramos... Tal vez los errores que han sucedido o suceden en nuestra vida provienen de un mal control de esas emociones.
Las emociones y cómo nos comportamos con ellas siempre me han hecho pensar mucho (un ejercicio muy recomendable). Me ha gustado observar la forma en que el ser humano se comporta frente a diferentes situaciones y cómo elige la respuesta. Observando y reflexionando, les puedo asegurar, que se aprende mucho.
Comprender nuestras propias emociones resulta complicado, y con frecuencia, el ser humano, cuando no entiende su respuesta, suele emitir una queja, una necesidad de compasión, que es éso, en realidad... No obstante, el fracaso recibido, lo ha gestado en la mayoría de las ocasiones él mismo: los hombres y las mujeres crean las condiciones ideales.
Si me pidieran algún tipo de consejo para conllevar mejor nuestras emociones y evitar la frustración que en muchas ocasiones obtenemos con ellas, le diría lo siguiente:
-En primer lugar, el ser humano ha de comenzar por respetarse a sí mismo y concentrarse en lo que desea. Él, y solamente él, conoce cuál es su deseo principal, aquél con el que obtiene un rendimiento psíquico óptimo, le proporciona momentos felices, le entusiasma efectuarlo, y en modo alguno se traduce en algo material, al menos en su totalidad. Leí una vez que a un exitoso hombre de empresa le preguntaron en una ocasión su secreto para conseguir dicho éxito. No lo sé, contestó, pero sí sé cuál es el secreto del fracaso: seguir la voluntad de los demás.
-Es también muy importante, controlar su impaciencia. Ser pacientes ayuda a pensar más positivamente y elegir las respuestas más adecuadas. La tensión nunca es creativa, siempre detiene al ser humano. ¿Por qué tocamos el claxon de nuestro coche cuando vemos que la fila del atasco en el que nos vemos involucrados no se mueve?, ¿creemos que se producirá acción-reacción de una forma automática...?. Si somos conscientes de la realidad nunca responderemos de forma impaciente. Solamente cuando vivimos la realidad de forma inconsciente reaccionaremos de manera impaciente. La impaciencia nos acelera el pensamiento de las posibilidades surgidas a consecuencia de nuestra frustración actual.
Leí hace un tiempo que Confucio le pidió a uno de sus discípulos que le acompañara a caminar por el bosque. El maestro, mientras caminaba, mirando todo lo que estaba a su alrededor, tocando los árboles, oyendo a los pajarillos, inhalando profundamente el aroma de los árboles, el discípulo se mostraba nervioso en inquieto. Se preguntaba hacia donde se dirigía. Finalmente, le preguntó: ¿Hacia donde vamos maestro?. Y Confucio le respondió con una amplia sonrisa: "Ya estamos".
-Debe comprenderse que todos los que nos rodean, con los que convivimos, son/somos diferentes. Y no digo ni mejores ni peores, solamente diferentes. Es por ello necesario que siempre efectuemos el ejercicio de situarnos en su espacio, con sus aparentes problemas y con sus dificultades para comprender mejor al otro. Solamente entonces le entenderemos. Sucede igual cuando intentamos solucionar un problema: si no contamos con toda la información nunca lo resolveremos, o al menos no de una forma totalmente óptima y duradera.
-Es muy importante alimentar la amistad. Nadie es nada sin los demás. Todos dependemos de otros para seguir viviendo. En ocasiones lo ignoramos. Es un buen ejercicio pensar con cuántos compartimos decisiones, ocio, salud, ilusiones, fracasos, etc...
-Todos podemos cambiar nuestras vidas si de verdad lo deseamos. Se debe ser creativo. Solamente hay que dar un primer paso, los demás vendrán solos. Por supuesto, ese primer paso no suele ser fácil. En unas ocasiones vendrá dado por aprender un oficio, estudiar una carrera universitaria, no tener vacaciones durante años, etc... Nada suele ser fácil cuando el objetivo es excelente. Mientras tanto, la personalidad se hace grande, halla nuevos caminos opara solucionar problemas y sobre todo, se fortalece la voluntad, algo que todos tenemos en nuestro interior y no todos la encuentran...

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