01 mayo 2009



ÉRAMOS POCOS...

Así comienza un refrán español y así lo siento con la que está cayendo en torno a la gripe por virus H1N1 dentro de un marasmo socioeconómico como el actual. Parece que hablar de pandemia no es exagerado, al menos a día de hoy, según leo que comenta el Comité de Emergencia de la OMS.

Tranquiliza que parece no ser un virus letal, puesto que el de la gripe aviar mataba al 80% de los infectados. La información, por otra parte, comienza a segmentizar adecuadamente lo dicho. Las muertes ocasionadas hasta el momento, aparecieron en sujetos con enfermedades físicas deteriorantes de su sistema inmunológico, de edades en las que si no se actúa con rapidez los peligros de morir son mayores, siempre. Por otra parte, no es lo mismo que estos casos aparezcan en Huesca, con treinta mil habitantes, que en México DF, con veinte millones.

Por lo tanto, hay que ser cautos en lo que se lee o escucha en las noticias, y dar tiempo al tiempo. Es usual que la realidad de todas sea al cabo de unas semanas, y que al principio se caiga en la exageración o en un especial tono alarmista que no beneficia en nada a la población. Lo cual no quiere decir, en absoluto, que no se proporcione información.

Mi impresión es que nuestros responsables sanitarios están actuando de una manera muy cautelosa y sensata, así como nuestros medios de comunicación si los comparamos con otros extranjeros, sobre todo en los primeros momentos.

Siempre es bueno extraer una enseñanza de cualquier aspecto que nos suceda, más aún del dañino. En esta circunstancia que ahora sufrimos, será útil aceptar las conclusiones que saquen nuestros epidemiólogos cuando todo haya pasado. Ésas serán las que nos evitarán que otras medidas para otras situaciones nuevas, puedan y deban ser impuestas, corregidas o simplemente aceptadas por los demás, por nosotros.

1 comentario:

Caminando 42 dijo...

Gracias por estas medidas y serenas palabras.
Aportan información veraz contemplando todos los ángulos.
Suceda lo que suceda no podemos dejar de “respirar”… nos ahogaríamos. Por graves que sean las noticias siempre hay, para el buen profesional, maneras de exponerlas para no dejarnos sin aliento.
La vida es dura, lo ha sido siempre y lo seguirá siendo, hay que apechugar con ella, echarle valor e intentar medir muy bien las apuestas positivas y negativas que nos presenta cada día. No siempre enseña su verdadera cara, y gira sus resultados del blanco al negro a veces dejándonos perplejos.
“NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE NI BASURA TODO LO QUE HUELE MAL”, nos dicen las sentencias de nuestros antepasados.
Los alarmismos desmedidos nunca han sido buenos consejeros, es más, puede ser la pandemia que termine con la Humanidad. Nos mataríamos unos a otros acusándonos de cualquier cosa que se nos ocurriera.
Vistas las circunstancias, lo prudente es seguir las normas que nos dicten nuestras autoridades sanitarias. Creo que son de fiar, y tienen los medios y la preparación para ayudarnos.
Y nosotros a trabajar de la forma que sea enfrentando al desaliento, e intentar atrapar esos momentos de felicidad que también nos brinda la vida.
Lo único que tenemos es hoy, ¿mañana?, mañana quizás sea demasiado tarde.