11 mayo 2009


¿NUESTRA SANIDAD ES COMO LA FDA?.
Leo en el periódico más antiguo de nuestra comunidad autónoma, Aragón, un anuncio que ocupa toda una página. Es domingo, y página impar, luego el valor es elevado, seguro. Se trata de un publireportaje de un médico francés, conocido ya en España por noticias no muy agradables para él y la orientación de su trabajo: el rejuvenicimiento.
Leo las bendiciones de su método, consistente en inyectar colágeno y ácido hialurónico de la propia paciente, que previamente habrá extraído... Claro, que tras leer el artículo, tan solo queda cnítido que tras analizar visualmente en la primera cita la cara de la cliente, ya está en condiciones de inyectarle el producto... que no acaba de dilucidar exactamente cuáles son todos los productos utilizados... no comenta si consulta con un especialista de la salud mental por si el cambio que se ofrece a esta paciente por las inyecciones no pudiera causarle algún tipo de trauma... no deja claro si el método cruento que usa (es al fin y al cabo una inyección...) conlleva un examen pormenorizado de la cliente, ni si tiene que firmar un Consentimiento Informado. Lo que sí cuenta es el costo del tratamiento por sesiones.
La verdad es que no soy bioquímico ni tengo bases dermatológicas suficientes para opinar seriamente al respecto de este tipo de terapias pero me preocupa que se utilice la Medicina para consumo de personas que tal vez solo ven en su práctica el provecho económico que supone tener un título. Me he puesto en contacto con colegas de un hospital de mi ciudad. Les he comentado el tema y se han extrañado tanto como lo hice ayer yo mismo.
Me pregunto/nos preguntamos, si Sanidad habrá vigilado suficientemente lo que inyecta este señor, si es lo que dice que es o para evitar daños en salud o económicos del público al que deben proteger. Me pregunto/ nos preguntamos también si el Colegio de Médicos leyó este anuncio y les extrañó lo dicho por este médico francés que deja su nº de teléfono para que se le llame y, me imagino (como se dijo cuando salió en los medios de televisión hace meses cuando se le relacionó con un escándalo), hacer su tour "terapéutico" .
No sé, me recuerda este señor a aquellos individuos que veíamos en películas del far west anunciando en la plaza del pueblo, subido en una carreta, los beneficios de un brevaje que rejuvenecía y quitaba años al paso de la vida por el individuo (mejor dicho individua) que lo ingería... No sé. Sanidad, hoy, es muy receptiva con sus ciudadanos, les proteje y defiende frente a engaños, ¿verdad?. Yo, quiero creer que nuestros responsables sanitarios, unos y otros, lo hacen, como la FDA, referente mundial en su país, EE.UU y a la que todos seguimos. Soy creyente.

1 comentario:

Caminando 42 dijo...

Si, doctor, si. Esto me recuerda la parodia que hacíamos en nuestra ciudad, ya hace unos cuantos años, a un charlatán de feria famoso de nombre Quinito García. Nos visitaba por las fiestas del Pilar, y tenía embobados a un buen número de seguidores.
“Camisetas a pesetaaa… calzoncillos a durilloooo… orinales con pedalesss… sillas sin culo. ¡¡Todo por un duro!!”
Lo que sucede con el doctor Chams, (he leído su anuncio en el periódico), es que son personas y no objetos sin importancia a los que vende su género.
Pero no hay maestro sin discípulos, ni venta sin compra. Este individuo no se atrevería a decir lo que dice y a hacer lo que hace si no tuviera compradores esperando su mercancía.
Vivimos tiempos de estereotipos, de clones “inventados” para ser admitidos en una sociedad sin fundamentos cabales… y la personalidad muchas veces se convierte en defecto. A partir de ahí, se desencadenan una serie de frustraciones y aberraciones que nos encaminan a la degeneración.
Educarnos, aprender, lo he leído muchas veces en esta página; la Naturaleza viva a la que pertenecemos nos proporcionará lo necesario para mantenernos dignos en cualquier edad y situación.
Somos como somos y debemos superarnos, pero siempre, contando con nuestro “SER” único e irrepetible.