08 julio 2009

¿CÓMO SERÁN?.

Se hizo hace ya cuarenta años el siguiente experimento: Se tenía a un niño con dos caramelos sobre una mesa en una habitación. "Uno es tuyo, ya. Pero si eres capaz de esperar 15 minutos a que yo vuelva te daré los dos...". Sus resultados orientarían sobre cómo iban a ser en el futuro, su comportamiento, sus éxitos intelectuales o interrelacionales, etc ... A los niños se les observaba mediante un hueco existente en la pared (hoy se les filma con una cámara de vídeo). Por ella se veía es esfuerzo tan intenso al que se enfrentaban aquellas personillas para vencer sus impulsos más primarios.

Hoy se sigue haciendo de esta forma e incluso se efectúan pruebas de neuroimagen para conocer cómo se comportan sus lóbulos cerebrales. El experimento confirma varias cosas. No se pretenda que un niño de tres años distinga entre pasado y futuro; sin embargo, la dimensión del tiempo se dibuja perfectamente superados los cuatro años.

Un científico puro hablaría en torno al matiz de los resultados que proporcionaron hace cuarenta años y los del día de hoy según dos términos muy precisos: correlación y causalidad. No hablaría de una sin la otra y viceversa. Sin embargo se conoce mediante el seguimiento de veinte años del experimento, que los niños que no pudieron soportar ver delante los caramelos y no zampárselos, continuaron en la adolescencia siendo proclives a no poder reprimir sus impulsos, sus notas académicas son peores, son más infelices, presentan más ansiedad y en una proporción muy elevada, más violentos. Aquellos que se controlaron, por el contrario, son personas más estables, con mayor éxito profesional, más tranquilas, con una mayor dosis de sensatez sobre ellos, etc. Y lo que es más interesante, se vio cuáles eran las estratagemas que, posiblemente de forma inconsciente, usaron para no caer en la dulce tentación: se distrajeron con otra cosa, miraron para otro lado, se tocaban las uñas... etc.

Sí, de acuerdo, el científico puro valoraría otros items y no se inclinara al maniqueismo, de los que no lo son tanto, y tal vez echaría por tierra la... ¿intuición? de estos últimos... pero los que se dedican/dedicamos a la clínica pueden otorgarse/otorgarnos el beneficio de la experiencia, la de ellos, la nuestra y la de otros colegas que observan, ven y leen historias clínicas en las que la correlación no es mera especulación. Aquí no estamos dirimiendo un castigo, estamos reflexionando sobre un futuro mejor comenzando desde quien nos lo puede proporcionar, el niño de hoy.

La actualidad emocional está, sigue estando, en la cúspide de los conceptos de una mente que busca ser comprendida. Ya nadie discute del por qué de las emociones sobre la toma de decisiones, pero también hay que debatir el de las oportunidades. Los expertos hablan de la gestión de las emociones básicas, del aprendizaje emocional, algo de lo que luego, de mayores, vemos todos en la sociedad en forma de decisiones inteligentes, que para nada tiene que ver con el ceficiente intelectual, obviamente. Por lo tanto, somos muchos los que pensamos que educar correctamente las emociones de nuestros niños, jóvenes, nos trae a cuenta...

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